Por: Juan Manuel Velázquez Ramírez
#TodosSomosRossanaReguillo
Es el mes de febrero de 2015. Son las 20:23 del 26 de febrero de 2015. En su cuenta de Twitter usted se llama Rossana Reguillo. Encuentra en su cuenta de Twitter un mensaje de una persona desconocida que dice lo siguiente:
“ThePalomina @rosanareguilloBAS A BALER BERGA AKI ESTA TU DIRECCION PINCHE MAESTRITA DE KINTA bit.ly/1MWSqP3”.
Después los mensajes siguen:
“@rosanareguillo YA SAVEMOS DONDE VIVIES PENDEJA YA TE CARGO LA BERGA AKI ESTA TODA TU INFO bit.ly/1MWSqP3”.
Ya es 1 de marzo y los mensajes no se detienen, aún suben de tono:
“@carlaasecas @rossanareguillo OOOOY BAS A LLORAR SANGREEEEE”.
¿Qué haría usted ante una situación como esta, en un país como este, México?
Rossana Reguillo es una profesora investigadora reconocida internacionalmente. No sólo produce académicamente ensayos, artículos e investigaciones brillantes. Lo más importante es que también se compromete con los sectores más vulnerables de este país y del mundo. Lo saben desde las personas afectadas del 22 de abril en la Guadalajara de 1992 hasta los indignados de muchos países del mundo. Su voz ha sido escuchada en una gran cantidad de universidades. Las calles también la han visto transitar con decisión, gritando la consigna necesaria.
Pocas personas con tanta lucidez intelectual y compromiso social. Lo sabemos quienes hemos tenido el orgullo de conocerla, de leerla, de dialogar con ella, de haber sido sus alumnos y tutorados, de recibir críticas, comentarios, y solicitud de su parte para “ejercitar el músculo pensatorio”. Sus espacios en redes sociales se constituyen en una referencia obligada para conocer sus pensares y sentires sobre la realidad actual. Rossana, mujer, madre, abuela, maestra, amiga, no merece este trato. Ella nos ha enseñado a pensar científicamente el miedo social estructural y representado. Es por mi compromiso con ella y con la causa que representa es que escribo lo siguiente.
Una amenaza es una expresión oral, escrita o presencial que indica la intención de hacer daño a una persona. La amenaza es una expresión de advertencia que pretende generar en su destinatario un estado de ansiedad, inseguridad, incertidumbre y vulnerabilidad. El anuncio de daño es el recurso que se utiliza. La amenaza ya es una forma de agresión verbal con una carga simbólica.
Quien amenaza logra su propósito si la persona amenazada se paraliza o altera sus condiciones físicas, psicológicas, sociales y culturales. Físicamente se busca que la persona amenazada altere sus procesos vitales de comer, dormir y habitar, dejando de hacerlos o modificando sus formas y ritmos, afectando negativamente su persona. Psicológicamente se busca que modifique las maneras y capacidades para identificar, recibir y procesar estímulos internos y externos a partir de sus cualidades, intensidad y duración.
Se busca que cambie sus percepciones y, sobre esta base, su comportamiento. Socialmente quien amenaza busca que la persona amenazada deje de hacer lo que a diario hace; deje de entablar relaciones con quien rutinariamente lo hace; deje de frecuentar los lugares en que se ha desenvuelto; y altere sus tiempos personales. Culturalmente la persona que amenaza busca que la persona amenazada corrija su manera de sentir, pensar, creer e imaginar el mundo y transforme sus pautas de sentido con las que ha orientado su quehacer cotidiano.
La lógica con la que opera quien amenaza es una lógica de ejercicio de poder. A través de ella busca construir una relación de fuerzas favorable para sí, y contraria para la víctima. La amenaza se constituye en un mensaje informativo, impositivo, unilateral, de quien quiere erigirse en dominante sobre la otra persona, a la que quiere colocar como dominada. Más aún, busca que su amenaza sea asumida por la persona amenazada como creíble, justa y merecida.
Cuando la amenaza es anónima se busca intensificar el desasosiego, dado que no se sabe quién amenaza, desde dónde lo hace, ni cuáles son sus finalidades. Si la amenaza es de muerte, esto significa que quien la profiere desea la desaparición física y/o simbólica de la persona. Algo o todo lo que persona amenazada escribe, plantea, propone, sugiere, desea o imagina, es inaceptable e insoportable para alguien. Quien amenaza de muerte es intolerante a la propia frustración que le genera la existencia de su víctima. No está dispuesta a dar la cara y expresar abierta y directamente sus diferencias. En el fondo teme a la persona a la que amenaza.
Amenazar en México es más fácil. La persona o grupo que lo hace, sabe que está cobijado por contextos de inseguridad, miedos colectivos, impunidad, corrupción e ineficiencia en la aplicación de la ley.
Las amenazas en contra de la Doctora Rossana Reguillo deben parar. La persona o personas responsables deben ser localizadas y legalmente sancionadas. Estas amenazas deben detenerse porque constituyen una violación a los derechos humanos y ciudadanos. Todos y todas tenemos derecho a expresar libremente nuestras ideas, a manifestarnos públicamente, a transitar libremente por nuestro territorio y a no ser molestados(as) en nuestra persona e integridad. Rossana es mujer. Las amenazas que ha estado recibiendo se constituyen en una forma de violencia de género.
Dice Gioconda Belli en su poema Los Portadores de sueños: “Dicen que la tierra después de parirlos desencadenó un cielo de arcoíris y sopló de fecundidad las raíces de los árboles. Nosotros sólo sabemos que los hemos visto sabemos que la vida los engendró para protegerse de la muerte que anuncian las profecías”. Rossana podría ser una portadora de sueños. Un día internacional de la mujer no puede ser de verdadera celebración, mientras ella no esté libre de amenazas. Por eso es urgente decir #todossomosRossana Reguillo.
La entrada Por un Día Internacional de la Mujer sin amenazas de muerte aparece primero en La Jornada Jalisco.